sábado, 8 de octubre de 2016

Paranoia

Placida e inocentemente viene a cuestionarme la incertidumbre, cada día lo va haciendo un poco más temprano, parece fascinarle el nerviosismo, la palidez, el delirio de persecución que me provoca, en tanto mi cerebero lucha objetivando cada detalle tuyo, más díficil se ha vuelto ignorar palabras, pensamientos, acciones, que ayer fueran inadvertidas nimiedaes, ¡hoy todo es digno de sospecha!

¿Cuál es el motivo?, ¿qué gana con esto?, ¿dónde y cuándo dará fin con la mortal estocada?, ¿por qué yo?, ¡por qué!, estas son algunas de las pocas preguntas que hacen eco en mi cabeza, se expanden, chocan entre sí y crean nuevas y complejas conspiraciones, respirar se torna complicado, ¡es autonómo, sin embargo parece que lo he olvidado!

¿Quién se toma tantas consideraciones para crear una farsa y qué cruel fin persigue?, es la hipótesis que busco desesperadamente derrumbar con argumentos de sólidas bases, ¡quiero creer, quiero creerte!, pero hay un algo desconocido que está agotando en gritos su voz para advertirme de ti, mas específicamente, no sabe de qué.

Daría lo que fuera por una certeza actual, mas pienso ésta queda restringida únicamente al pasado, e incluso debe recordarse que este es vulnerable de modificación, ¿dónde quedó la seguridad, mejor dicho, alguna vez la hubo?

Pronunciaré años más tarde mientras suspíro - era verdad su ofrecimiento-, y el valor que la tímida sonrisa reunió para asomarse en mi boca habrá sido insuficiente para lograr su cometido, pues va despavorida a refugiarse, dejándome triste... ¿en verdad es este el futuro que deseo?

Puesto que hallar la verdad en un mar de tintas grises puede que sea, además de complicado, inútil, no queda más que ampararse en la estadística, cincuenta por ciento es la probabilidad, la moneda gira en el aire...

Mañana le será concedida una respuesta a la incógnita: sea un acierto o un error, los habré cometido, ¡pero por acción, no por inercia!

A. Zante
2016

No hay comentarios:

Publicar un comentario